En los albores del tercer milenio, vivir como si lo que nos rodea no existiera resulta labor harto complicada.
Porque puede pasar que un día salgas a la calle y te encuentres a miles de personas con mascarillas verdes, azules, blancas, ocultando la boca, los labios, los dientes. La sonrisa se ha evaporado en nubes grises. Pensarás que algo sucede.
Y ésta vez no es un viral de internet. Un taxista que sonríe te regala una noticia grave. El silencio de lo multitudinario es la confirmación de que lo invisible abruma. Asusta.
Es la historia de una pinche gripe que presentaron al mundo un jueves 23 de abril a las 11 de la noche, hora de México.
Un gran regalo para apocalípticos. Una interesante prueba sin solución determinada para todos aquellos a los que nos gusta sacarle punta a lo que transcurre, por donde circulamos. A veces, casi en primera persona, dentro del paisaje noticiable.
sináptico 
Os dejo link a un tremendo artículo de Eduardo Galeano, donde entre otras cosas dice:
Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?
Espero que os guste: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=85035
Saludos desde Zaragoza.