Y el capitán Eo nos dijo adiós…

Si la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma, ¿en qué se transformó toda  la energía creativa del muchacho de Gary? El ser que fue adulto antes que niño. El cruce frustrado de Benjamin Button y Peter Pan.

Youtube podría ser un espejo de esa energía. Un pozo del tiempo al que asomarse para ver en su reflejo, con los ojos abiertos del asombro, la fantástica figura de Michael Jackson en movimiento. Y también, la onda sísmica enorme, invisible, que ha recorrido el mundo. Empezó en Internet y ha continuado en concentraciones y otras improvisadas manifestaciones en las que desconocidos cantan o bailan juntos sus canciones. ¿Raros? No. Somos seres emocionales y nos gusta compartir las emociones. Y si tienen un origen creativo, aunque sea popular y bizarro, más.

Porque pocas cosas asombraron a tantos como las puestas en escena del irrepetible ser de existencia tan brillante como turbulenta. Un indicio de lo inexplicable que es la vida es comparar la sonrisa o la voz del niño Michael Jackson a sus 8 o 9 años con el rostro y la apariencia de su padre en la actualidad.

Lo tuve como ídolo en la adolescencia. Años después, en un viaje fugaz a París, visité Eurodisney para ver su mini película «Capitán Eo». Una curiosa aventura visual y musical de 15 minutos que contaba con la firma de Coppola en la dirección y George Lucas en la producción. Casi nada. Para ser de 1986, conserva la magia del tiempo. En Internet piden ahora que se re-edite en formato 3D. Hoy es otro viaje más de la máquina del tiempo que es Youtube.

Por cierto, el Capitán Eo, Michael Jackson,  nos recordaba en la película que estábamos aquí para cambiar el mundo.

Merece la pena verlo.

Deja un comentario